Cambiar el campo de juego: liberalismo, radicalismo y el fin del Estado suficiente
Hay momentos históricos en los que las categorías políticas dejan de describir la realidad y empiezan a ocultarla. La insistencia contemporánea en leer el conflicto político a través del eje izquierda–derecha pertenece a esa clase de errores persistentes: marcos conceptuales agotados que sobreviven por inercia mientras el mundo que pretendían ordenar se disuelve. No asistimos simplemente a un giro electoral ni a una crisis de liderazgo. Estamos ante una mutación estructural del espacio político, y su incomprensión explica el declive simultáneo de las izquierdas y derechas moderadas en buena parte del mundo occidental. I. 2008: la fractura del tiempo histórico La crisis financiera de 2008 no fue solo un colapso económico; fue una ruptura temporal. Hasta entonces, las democracias liberales europeas descansaban sobre una promesa implícita: el futuro sería mejor que el pasado. No necesariamente más justo, pero sí más próspero. Esa expectativa articulaba la legitimidad del ...