Los dos paradigmas y el espejismo moral de nuestro tiempo
Por qué el debate sobre la naturaleza humana es la clave política y tecnológica del siglo XXI. Vivimos en una época que ha sustituido la religión por la psicología y la política por la moral. Ya no discutimos ideas, sino virtudes. No debatimos sobre lo que funciona, o cómo gestionar la convivencia, sino sobre quién tiene razón moral. Detrás de esta deriva se esconden dos paradigmas que moldean nuestra forma de entender al ser humano y, con ella, toda nuestra vida social. Para unos, el ser humano es fundamentalmente bueno . Las injusticias y los males del mundo serían el resultado de sistemas corruptos, estructuras de poder o entornos opresivos. Si se eliminan las causas externas —la desigualdad, la pobreza, la falta de reconocimiento—, la bondad natural del individuo emergerá. Este paradigma se refleja hoy en el discurso del progresismo emocional , que confía en que la empatía y la conciencia social bastan para corregir el mal. Las redes sociales han amplificado esta visión, transfor...