La desmemoria digital: cómo se blanquea una dictadura ante la indiferencia de una generación
Hay algo profundamente inquietante en la España contemporánea: la memoria colectiva se está vaciando más rápido que nunca, mientras las redes sociales llenan ese vacío con fragmentos de propaganda emocional. En este hueco —donde antes había experiencia, relatos familiares y vida vivida— ahora crecen narrativas falsas, simplificadas, cómodas. Y entre ellas destaca una: la banalización del franquismo, una forma de nostalgia prefabricada que se despliega con eficacia quirúrgica entre quienes no conocen el peso real de la palabra “dictadura”. No es un debate historiográfico. Es un síntoma cultural. Y como todo síntoma, revela una enfermedad más profunda: la desconexión radical entre una generación que habita el presente absoluto y un pasado que ya no sabe interpretar. 1. La memoria histórica como ruina cultural España confió demasiado en que el tiempo curaría las heridas y preservaría el recuerdo. Pero el tiempo no conserva nada por sí mismo: solo oxida. Y lo oxidado, tarde o temprano, se ...